¡Oh María hermosísima, que permaneciendo cerca de la fuente de la gracia, estuviste siempre cual palma llena de verdor, y diste sabrosos frutos, haz que para nosotros estén siempre abiertas las fuentes de la divina gracia, a fin de que podamos producir dignos frutos de penitencia!
Ave María, Gloria...
miércoles, 2 de diciembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario