sábado, 19 de abril de 2008

Historia de la Devoción a María Auxiliadora


El primero que llamó a la Virgen María con el título de "Auxiliadora" fue San Juan Crisóstomo, en Constantinopla en al año 345, el dice: "Tú, María, eres auxilio potentísimo de Dios".

San Sabas en el año 532 narra que en oriente había una imagen de la Virgen que era llamada "Auxiliadora de los enfermos", porque junto a ella se obraban muchas curaciones.

San Juan Damasceno en el año 749 fue el primero en propagar la jaculatoria: "María Auxiliadora, rogad por nosotros". Y repite: la Virgen es "auxiliadora para evitar males y peligros y auxiliadora para conseguir la salvación". De él se cuenta que al perder su mano en la persecución iconoclasta, milagrosamente la recuperó por intercesión de la Virgen María. Por eso a la imagen de María le ponían una tercer mano en honor de este milagro, llamándola Tricherussa (la tercer mano).


En Ucrania, Rusia, se celebra la fiesta de María Auxiliadora (se le conoce como Pokrov) el 1 de octubre desde el año 1030, en ese año libró al Principado de Vladimir-Súzdal de la invasión de una terrible tribu de bárbaros paganos. En agradecimiento se le levantó una pequeña iglesia en lo alto de una colina a orillas del río Nerl. La tradición de María Pokrova es anterior, según una aparición del Virgen María en Constantinopla en que extendió su velo sobre toda la cristiandad como signo de su intercesión y protección.





En el año 1572, el Papa San Pío V ordenó que en todo el mundo católico se rezara en las letanias la advocación " María Auxiliadora, rogad, por nosotros", porque en ese año Nuestra Señora libró prodigiosamente en la batalla de Lepanto (golfo de Grecia) a toda la cristiandad que venía a ser destruida por un ejército mahometano de 282 barcos y 88.000 soldados. Al tiempo que se ganaba la batalla en Lepanto, el Papa vio la victoria en Roma y proclamó la fiesta del Rosario de Nuestra Señora en ese día. La batalla se libró el día 7 de octubre.


En el año 1600 los católicos del sur de Alemania hicieron una promesa a la Virgen de honrarla con el título de Auxiliadora si los libraba de la invasión de los protestantes y hacía que se terminara la terrible Guerra de los Treinta Años. La Madre de Dios les concedió ambos favores y pronto había ya más de 70 capillas con el título de María Auxiliadora de los cristianos.
En 1683 los católicos al obtener inmensa victoria en Viena contra los enemigos de la religión, fundaron la asociación de María Auxiliadora, la cual existe hoy en más de 60 paises.

En 1814, el Papa Pío VII, prisionero del general Napoleón, prometió a la Virgen que el día que llegara a Roma, en libertad, lo declararía fiesta de María Auxiliadora. Inesperadamente el pontífice quedó libre, y llegó a Roma el 24 de mayo. Desde entonces quedó declarado el 24 de mayo como día de María Auxiliadora.

Pero sin duda fue San Juan Bosco, el santo de María Auxiliadora, con el que esta advocación mariana encontró el mejor paladín y trampolín para el desarrollo y popularidad. En 1860 la Santísima Virgen se aparece a San Juan Bosco y le dice que quiere ser honrada con el título de "Auxiliadora", y le señala el sitio para que le construya en Turín, Italia, un templo.

Empezó la obra del templo con sus tres monedas de veinte centavos cada una, pero fueron tantos y tan grande los milagros que María Auxiliadora empezó a obtener a favor de sus devotos, que en sólo cuatro años estuvo terminada la Gran Basílica. El Santo solía decir: " Cada ladrillo de este templo corresponde a un milagro de la Santísima Virgen", desde aquel Santuario comienza a extenderse por el mundo la devoción a María bajo el título de Auxiliadora de los Cristianos.




"La Virgen quiere que la honremos con el título de Auxiliadora: los tiempos que corren son tan aciagos que tenemos necesidad de que la Virgen nos ayude a conservar y a defender la fe cristiana".

El título de Auxiliadora aparece en la vida de Don Bosco y en su obra como "central y sintetizador". La Auxiliadora es la visión propia que Don Bosco tiene de María. La lectura evangélica que hace de María, la experiencia de su propia vida y la de sus jóvenes salesianos, y su experiencia eclesial le hacer percibir a María como "Auxiliadora del Pueblo de Dios".


Cinco años más tarde, el 9 de junio de 1868, tuvo lugar la consagración del templo. Hoy, salesianos y salesianas, fieles al espíritu de sus fundadores y a través de las diversas obras que llevan entre manos siguen proponiendo como ejemplo, amparo y estímulo en la evangelización de los pueblos el auxilio que viene de Santa María.






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